Con respecto a la educación inicial, podemos hablar de un retroceso, pues a pesar de los estudios que aseveraban su importancia, se eliminó la Dirección General de Educación Inicial y el programa se supeditó a la Dirección General de Educación Preescolar, teniendo que iniciar todo de nuevo.
Por el contrario, la educación preescolar recibió un gran apoyo por parte del gobierno debido a su importancia capital en la aprobación de los primeros 3 años de primaria. Y sin embargo podemos encontrar varios problemas, como el que aún con el gasto federal por estudiante que se le destinaba (mayor aún que a la primaria) sólo se cubriera el 50% de la demanda, la incongruencia de los libros: los ejemplos y problemas eran inadecuados; la no continuidad que se le daba al conocimiento al entrar a primaria, la saturación de actividades por cumplir con el programa, entre otros.
En el nivel primaria, los problemas aumentan, ya que aparte de tener sus propias deficiencias debía cargar con los errores de los anteriores niveles, si es que el alumno los había tomado, y con la problemática externa: siendo el terremoto de 1985 uno de los principales factores de deserción y de disminución en la matrícula inicial.
A pesar de que las cifras oficiales hablan de una eficiencia terminal del 50.4%, lo que podría considerarse un avance con respecto a los anteriores sexenios, si analizamos los criterios de aprobación y los problemas internos podemos entender cuan por debajo de lo deseable estaba la calidad educativa: La acreditación se daba a criterio del profesor (muchas veces obligada por la SEP para mantener los índices de reprobación bajos), el manual de la SEP referente a las normas de inscripción, reinscripción, acreditación y certificación no establecía criterios específicos, las pruebas que se aplicaron en diferentes estados para sondear la calidad arrojaron resultados reprobatorios en la mayor parte de las materias. Dicha problemática se debía en parte por el excesivo protagonismo del Programa que privilegiaba la memorización sobre la comprensión, sin importar tiempos, ritmos de aprendizaje, problemas personales, poca capacitación de los maestros, etc.
Otros factores que intervinieron fueron: la constante lucha contra el libro de texto gratuito y el cambio de horario debido a las inversiones en el gradiente vertical de temperatura ocasionadas por la contaminación.
La educación secundaria sufría de los mismos problemas que la primaria, se aunaba el no cumplimiento de los programas por áreas que resultaba en el olvido de las materias de historia y geografía de México; el aumento en el porcentaje de jóvenes drogadictos, la inasistencia del profesorado y la poca orientación brindada a los alumnos y a los mismos profesores.
Por otro lado la telesecundaria se expandió, aunque ello trajo consigo el problema de preparar y capacitar a los profesores necesarios; dicha problemática se resolvió con tele-capacitación durante el verano.
Por último la enseñanza media superior acusó un incremento, aunque la absorción no era mayor al 60% de los jóvenes en edad escolar (aún con la ayuda del sistema abierto). Los exámenes de ingreso recalcaban la poca calidad educativa, pues el promedio de calificaciones no superaba el 40% de los reactivos. Con todo y que el ingreso no significaba haber aprobado el examen, un alto porcentaje de aspirantes no tenía cupo en las instalaciones.
Los problemas no sólo se limitaban a la calidad de los niveles anteriores, sino a la disparidad de ideas con respecto a las instituciones, al regreso a la educación tradicionalista, la situación económica del profesorado y del alumnado, a la excesiva burocratización de procesos, a la implementación de modelos desechados ya en otros países, a los programas enciclopédicos, a las instalaciones y a los métodos anticuados; es decir, la problemática educativa del país debe ser vista desde muchas aristas que van obstaculizando su avance, el dar mayor presupuesto o el extender la matrícula, el cambiar los planes, todo por separado, no da ningún resultado como se ha podido observar, la evaluación y el cambio debe ser integral, sin embargo para eso se requiere de tiempo, recursos económicos y humanos, además de un cambio de mentalidad tanto en el gobierno como en la ciudadanía.
